Si bien el cáncer de seno sigue siendo uno de los más comunes en las mujeres y la primera causa de muerte por esa enfermedad, las innovaciones en los tratamientos y formas más efectivas de detección temprana también han ayudado a salvar más vidas.
“Es una enfermedad con un impacto muy grande en la sociedad, que conlleva el 28% de todos los casos de cáncer que afectan a las mujeres, según estadísticas del 2012 al 2016”, advierte el doctor José Abreu Arbelo especialista en oncología y hematología del Centro de Cáncer del Hospital Auxilio Mutuo en Puerto Rico y el Caribe.
Pero el especialista resalta que hoy día hay mucha investigación que ha dado muy buenos resultados “y nos ha ayudado a tener mucha información clínica, de tratamiento y de prevención para ayudar a estas pacientes”.
Una de las piedras angulares en esa receta es la detección temprana, lo que puede resultar en más opciones de tratamientos efectivos y más posibilidades de curación.
“Cuando hay cáncer de seno, las células mutan dentro del tejido, empiezan a crecer descontroladamente sin restricciones y comienzan a destruir el tejido alrededor y a invadir otras partes”, explica el doctor Arbelo, mientras hace la salvedad de que conocer los factores de riesgos puede ayudar a una detección temprana. De hecho, destaca que hoy se sabe que hasta un 15% de los casos de cáncer de seno se ha asociado a factores genéticos. Un dato importante que las familias deben tomar en cuenta para una prevención efectiva.
Vital la detección temprana
El temor al contagio con el coronavirus ya no debe ser un impedimento para hacerse las pruebas necesarias o de rutina, como la mamografía, enfatiza el radiólogo Rafael Vaquer, director médico del Centro de Imágenes de la Mujer, en el Hospital Auxilio Mutuo.
Y es que la mamografía se mantiene como la principal herramienta de exploración y diagnóstico de cáncer de seno, enfatiza el doctor Vaquer, al igual que la mamografía de cernimiento (cuando no hay síntomas) después de los 40 años.
El doctor Abreu coincide y destaca que ya se ha demostrado que la mamografía ayuda a mejorar los números de sobrevivencia porque permite identificar lesiones premalignas antes de que se conviertan en un cáncer. “Y muchas veces, si se descubre el cáncer es en una etapa temprana, lo que aumenta grandemente las posibilidades de que la paciente se pueda curar”.
Pero hay diferentes tipos de mamografías, además de la tradicional. Por ejemplo, la mamografía digital con tomosíntesis o tomosíntesis 3D, que captura una serie de imágenes en diferentes ángulos, lo que permite una reconstrucción tridimensional de los senos con alta resolución, uno de los avances tecnológicos más recientes en mamografía digital. “Son métodos de diagnóstico relativamente nuevos que nos ayudan en la detección temprana de cáncer de seno”, indica el doctor Vaquer.
En mujeres jóvenes, entre las edades de 25 a 30 años “con senos marcadamente densos”, con historial familiar de cáncer, el radiólogo recomienda el ultrasonido o ecografía. Explica que este examen no utiliza radiación (como la que se usa en los rayos X) y las imágenes se capturan en tiempo real, lo que permite mostrar la estructura y el movimiento de los órganos internos del cuerpo.
“También tenemos la resonancia magnética o MRI que nos sirve de ayuda para los diagnósticos y después, para seguimiento en pacientes que han tenido cáncer. De hecho, se usa para ver la extensión del cáncer y para seguimiento de lesiones que están siendo tratadas por lo oncólogos con los distintos agentes quimioterapéuticos o anti estrogénicos y ver si ha reducido de tamaño antes de ir a cirugía”, explica.
Otra opción con la que se cuenta hoy día es la mamografía con contraste, que consiste en inyectar a la paciente con un contraste yodado y luego se realiza la mamografía. “Nos ofrece una mejor distinción del tejido para ver dónde está el cáncer primario. También es una prueba importante para pacientes con senos densos”, agrega el doctor Vaquer.
Lo nuevo en tratamientos
Aunque el doctor Abreu Arbelo recalca que los tratamientos varían dependiendo de factores relacionados al tipo de cáncer, tamaño o si ya está en está en el nódulo linfático de la axila, acepta que hoy día hay más opciones. “También se debe entender que el tratamiento es multidisciplinario y conlleva un trabajo en armonía entre el médico oncólogo, el cirujano y el radio oncólogo, entre otros profesionales de la salud, para determinar en equipo (y junto al paciente) cuál es el mejor tratamiento”, señala el experto.
Menciona el tratamiento molecular, la terapia dirigida y la inmunoterapia, como opciones que se usan actualmente, además de la quimioterapia.
Otra opción con la que se cuenta hoy día es la mamografía con contraste, que consiste en inyectar a la paciente con un contraste yodado y luego se realiza la mamografía. “Nos ofrece una mejor distinción del tejido para ver dónde está el cáncer primario. También es una prueba importante para pacientes con senos densos”, agrega el doctor Vaquer.
El oncólogo indica que la inmunoterapia, hasta cierto punto, se puede decir que es una terapia dirigida, aunque tiene un mecanismo un poco diferente. “Estos tumores muchas veces se esconden del sistema inmunológico con unas moléculas que se expresan en su superficie. La inmunoterapia lo que hace es bloquear esa molécula para que el sistema inmunológico reconozca el tumor como algo que hay que atacar”.
Otro tipo de tratamiento, para pacientes con riesgo muy alto de desarrollar cáncer de seno, es la “quimioprevención”, en la que se utilizan medicamentos que bloqueen el estrógeno “y podemos disminuir significativamente la incidencia de cáncer y de lesiones premalignas”.
De hecho, el oncólogo añade que hay varios medicamentos en el mercado, pero el más usado es el tamoxifeno que, básicamente, bloquea el receptor de estrógeno en el tejido mamario. “Esto no es necesariamente para todas las mujeres. Solamente lo recomendamos si entendemos que la paciente, ya sea por historial familiar, por el componente genético o por cualquier otra cosa que podemos medir en una visita, entendemos que hay un riesgo significativo”, explica el oncólogo, mientras enfatiza en la importancia de llevar un estudio saludable.
“Todo esto tiene que ir de la mano de estilos de vida saludables, ejercicios y buena alimentación. Siempre le digo a mis pacientes que nunca es tarde para dejar cualquier hábito tóxico como sería el cigarrillo y el exceso de alcohol. El ejercicio siempre nos va a ayudar en muchos niveles, no tan solo en la parte física y la estámina que pueda tener el paciente para enfrentar su tratamiento sino también en la parte psicológica”, recomienda el doctor Abreu Arbelo.
Factores de riesgo
Hoy se sabe que el riesgo de tener cáncer de seno se debe a una combinación de factores. Ser mujer y y hacerse mayor es uno de los principales. De hecho, la mayoría de los cánceres de seno se detectan en mujeres de 50 años o más. Según los expertos algunos otros factores podrían ser:
– Mutaciones genéticas, como en el BRCA1 y el BRCA2.
– Historial reproductivo. Inicio temprano de la menstruación antes de los 12 años y comienzo de la menopausia después de los 55.
– Tener senos densos.
– Historia familiar de cáncer de mama o cáncer de ovario.
– Haber tenido hiperplasia atípica o el carcinoma lobulillar in situ, están asociadas a un mayor riesgo de cáncer de seno.
Lo que puedes modificar
– Mantenerte físicamente activa.
– Bajar de peso.
– No tomar alcohol en exceso.- Dejar de fumar
Fuente: El Nuevo Día
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